Suministros esenciales para limpiar tu bicicleta
- Un par de cubos de agua tibia
- Champú para coches, limpiador específico para bicicletas o jabón para platos
- Una esponja y cepillos de cerdas suaves .
- Un desengrasante para la transmisión
- Trapos limpios o toallas de microfibra
- Lubricante para la cadena
- Un soporte de trabajo (opcional pero útil para la estabilidad) .
Paso 1: Preparación para la limpieza
Empieza por ponerte ropa que no te importe ensuciar. Después, prepara tu estación de limpieza en una zona exterior bien ventilada. Llene un cubo con agua tibia y champú para coches (Esto es lo mismo que usar limpiadores específicos para bicicletas y cuesta menos.) y mantenga otro cubo con agua limpia para enjuagar. Si es posible, utilice un caballete de trabajo para elevar la bicicleta y facilitar la limpieza, los caballetes de bicicleta son fantásticos para esto.
Si es práctico, desmonte la bicicleta para limpiarla.
Si te resulta práctico, quita las ruedas. Esto te ayudará a llegar a todos los rincones y grietas, asegurando una limpieza más a fondo.
Paso 2: Limpieza de la cadena y la transmisión
- Aplique un desengrasante específico para bicicletas a la cadena, el casete y el plato.
- Limpie la cadena y el plato.
- Utilice un cepillo firme o una herramienta específica para la limpieza de cadenas para frotar y eliminar la suciedad.
- Limpie la cadena y la transmisión.
- Enjuague a fondo con agua limpia.
- Limpie la cadena.
- Limpia la cadena con un trapo seco para eliminar el exceso de humedad.
Paso 3: lavar el cuadro y los componentes
Una vez que la transmisión esté limpia, pasa al cuadro y a los componentes:
- .
- Utiliza una esponja o un cepillo de cerdas suaves para fregar el cuadro, el manillar y la tija del sillín.
- Limpia el cuadro, el manillar y la tija del sillín.
- Presta especial atención a las zonas que acumulan suciedad, como el eje de pedalier y el guiado de los cables.
- Limpia el cuadro con un cepillo de cerdas suaves.
- Aclara utilizando una manguera de baja presión o una botella de agua limpia para evitar forzar el agua en los rodamientos y las zonas sensibles.
- Limpia el cuadro y la tija del sillín.
Paso 4: limpieza de las ruedas y los neumáticos
- Retire cualquier resto incrustado de las bandas de rodadura de los neumáticos.
- Limpie las llantas con agua jabonosa.
- Frote las llantas con agua jabonosa, utilizando un cepillo para eliminar el polvo de los frenos (si utiliza frenos de llanta) .
- Limpie los radios y los bujes con una esponja o un trapo.
- Limpie los radios y los bujes con una esponja o un trapo.
- Aclárelos bien y séquelos con una toalla limpia.
- Limpie los radios y los bujes con una esponja o un trapo.
Paso 5: secar y lubricar
Una vez que tu moto esté limpia, es importante secarla correctamente para evitar que se oxide:
Lubrica y engrasa tu moto.
- Utiliza una toalla limpia y sin pelusas para limpiar toda la bicicleta.
- Deja que se seque.
- Deje que se seque al aire completamente antes de aplicar lubricante.
- Aplique un lubricante de calidad para bicicletas.
- Aplique un lubricante de calidad para bicicletas a la cadena, los pivotes del desviador y cualquier pieza móvil para garantizar un funcionamiento suave.
- Limpie el exceso de lubricante con un paño limpio y sin pelusas.
- Limpie el exceso de lubricante para evitar la acumulación de suciedad. .
Revisiones finales antes de tu próxima salida
- Inspecciona los frenos y las marchas para asegurarte de que todo funciona correctamente.
- Comprueba la presión de los neumáticos e ínflalos si es necesario.
- Comprueba la presión de los neumáticos e ínflalos si es necesario. .
- Realice una prueba rápida de su bicicleta para confirmar que todo se siente suave y receptivo.
- Realice una prueba rápida de su bicicleta para confirmar que todo se siente suave y receptivo.
Limpiando la moto con regularidad, mantendrás tu moto con un aspecto fresco y rindiendo al máximo. Incluso si vives en un país seco como España, debes limpiar tu moto, ya que la sal del mar puede causar corrosión.
Limpia tu moto con regularidad.